Marcus Brown: el adiós de un ídolo que enamoró a media Europa
Se retira Marcus Brown. Deja el baloncesto un jugador superlativo, un hombre que ha recorrido media Europa y que ha logrado salir vencedor en casi todos los equipos en que ha estado. Su palmarés, tanto a nivel de clubs como a nivel personal, es extenso y difícil de superar.
Ha ganado nueve títulos de Liga, logrando imponerse en Francia con Pau-Orthez yLimoges, en Turquía con Efes Pilsen, en Rusia con el CSKA Moscú, en España con Unicaja y en Lituania con el Zalgiris Kaunas. Además, varios títulos de Copa y una Copa Korac.
Precisamente en la Copa Korac fue donde comenzó su historia con Unicaja. En la final se enfrentaban Unicaja y Limoges y el papel de Marcus Brown fue esencial para que los franceses conquistasen el título. 31 puntos en la ida en casa y 18 en Ciudad Jardín en la vuelta fueron vitales para impedir a los malagueños conseguir el que podía haber sido el primer título de su historia.
Pero lo que nadie podía imaginar es que aquí nacería una relación especial entre Brown y Unicaja. Porque la casualidad quiso que años después, cuando el bueno deMarcus era una estrella reconocida en el CSKA Moscú, los malagueños volviesen a cruzarse en su camino. Unicaja pretendió ese verano a Trajan Langdon pero finalmente el jugador recaló en el equipo ruso, algo que no terminó de gustar a Brown. Tanto él como Unicaja se sintieron despechados y decidieron unir de nuevo sus vidas, pero esta vez para remar en la misma dirección.
La llegada de Brown a Málaga le dio al equipo el plus que necesitaba para convertirse en un equipo campeón. Si bien hay que reconocer que los malagueños ya habían logrado el título de Copa del Rey el año anterior y que con Jorge Garbajosa en sus filas habían crecido hasta instalarse como un grande en España, con la contratación del americano los malagueños se hacían con un anotador puro que además presentaba casta y carácter.
Sólo fueron dos temporadas en Málaga, pero fueron suficientes para que Brown alcanzase la cota de ídolo y que aún hoy día se sigan viendo camisetas con su nombre al ir a ver un partido al Carpena. Su primer año fue sublime. Hasta en 23 encuentros anotó 15 o más puntos y, siempre que las cosas le venían mal dadas a los costasoleños, no dudaba en pedir la bola.
Dos son los encuentros que marcan la participación de Marcus Brown en la consecución del título de Liga ese año. El primero de ello fue en Barcelona. En el mejor partido jugado por Unicaja en el Palau (y probablemente uno de los mejores encuentros vistos en ACB en muchos años), los malagueños se impusieron ante el FC Barcelona por 104-115 con una exhibición del genio de Arkansas.
Su liderazgo se hizo notorio en el momento más complicado de la temporada para Unicaja. Tras finalizar la temporada regular como líderes y superar al Estudiantes en cuartos con un claro 3-0, en semifinales el DKV Joventut de Aíto y Rudy se cruzaba en el camino de Unicaja. La eliminatoria llegaba al quinto encuentro y aquí Marcus, en los partidos donde la bola quema, es donde encontraba su hábitat natural.31 puntos, rebotes, asistencias, robos, ¡12 faltas recibidas! y 38 de valoraciónpara meter a su equipo en una final donde superaron ampliamente al TAU Cerámica para lograr el título de Liga.
Al año siguiente, el pubis le jugó una mala pasada. Un calvario en forma de lesiones que apenas le permitió jugar y cuando lo hizo no pudo ser al 100%. Sus números bajaron considerablemente y su equipo se resintió, pues también contaba con la marcha de Jorge Garbajosa a los Toronto Raptors ese verano. Los malagueños no tuvieron una buena temporada regular y la campaña en la liga doméstica se cerraba con laeliminación en cuartos ante el TAU Cerámica, que les devolvía el 3-0 de la final del año anterior. En esta caliente eliminatoria Brown volvió a dejar una imagen par el recuerdo, cuando mostraba su carácter retando a Igor Rakocevic en vestuarios tras una dura polémica de éste con el público del Carpena y su posterior tangana.
También dejó muestras de gran compañero en su paso por Málaga. Porque en esa temporada 2006/07 Unicaja tenía ante sí la posibilidad de acceder a la Final Four de la Euroliga por primera vez en su vida. Se debía jugar el pase en una eliminatoria de cuartos de final ante el FC Barcelona y justo antes del tercer y decisivo encuentro su compañero y amigo Daniel Santiago se lesionó en un ojo y no pudo disputar el encuentro. Brown no dudó en colocarse la famosa cinta con la que jugaba el puertorriqueño para ese encuentro y así hacerlo presente. El desenlace finalmente fue favorable a los malagueños y el escolta americano tuvo un papel importante, desquitándose de su mal año.
Ese verano los dirigentes de Unicaja decidieron que las lesiones de Brown le habían hecho tener poca participación y, ante la falta de seguridad de una total recuperación, prescindiendo de sus servicios, algo que no gustó nada a la afición del equipo.
Porque Brown demostró después que aún le quedaba baloncesto dentro, siendo un jugador con peso en el Zalgiris de Kaunas y mostrando sus dotes de mando y de conocimientos del baloncesto llegando incluso a ser entrenador-jugador en su equipo junto a Salenga cuando fue destituido el técnico Maskoulinas.
Ganador nato, anotador compulsivo, lider, compañero, todas las facultades necesarias para ser un auténtico ídolo. Todas las cualidades que tenía Marcus Brown, un ídolo que deja el baloncesto en activo pero que siempre será recordado con cariño y admiración en todos los equipos en los que ha estado y casi se puede decir que en sus rivales.
Gracias Marcus por todo lo que nos has dado estos años.