Mario Galiano, el campeón educado
Resulta que el pasado mes de abril tuve la oportunidad de conocer a Mario Galiano, junto con el resto de jóvenes que formaban parte de la expedición comandada por Kiko Luna para la disputa del Campeonato de España de Boys y Girls, que se disputó en el Real Club de Golf de La Coruña. Compartimos mesa durante la cena en un restaurante junto hotel de concentración, acompañados por Borja Nieto, un buen amigo y otro buen profesional del mundo de la enseñanza del golf, y ahí pudimos ver un gran detalle.
Los jóvenes que formaban parte de la expedición dieron un ejemplo de educación y saber estardurante el tiempo que compartimos mantel. Nada de caprichos, tan típicos en otros deportes, y lejos de mostrar una actitud altiva por el hecho de ser unos jugadores privilegiados, al formar parte de la Escuela Nacional. Orejas bien abiertas cuando les hablábamos o preguntábamos sobre su juego y educación en todo momento a la hora de comportarse fueron la tónica de una agradable velada.
El hecho de que Kiko Luna estuviera allí con ellos, daba la sensación de que tenía mucho que ver en ello, aunque también parecía que había buen fondo en estos chavales y un trabajo previo en sus casas. Pero hubo un par de detalles que me llamaron la atención, de los cuales deberían aprender muchos otros jóvenes jugadores y también sus padres, quienes a veces llevan o pretenden llevar a sus hijos por unos caminos que para nada conducen a lo más alto del golf. Sino todo lo contrario, además de a la defenestración social y a los problemas de conducta presentes y futuros.
El primer detalle fue que los chavales pidieron permiso para tomar postre, como si ello fuera un privilegio. El segundo detalle, fue pedir permiso para levantarse de la mesa e irse a la habitación del hotel, mientras “los mayores” nos tomábamos un café y pagábamos la cuenta. Al abandonar el restaurante, se despidieron con educación y cortesía dando las gracias por haberles prestado un carro eléctrico.
En los días de torneo, al cruzarme con Mario y sus amigos por el campo, siempre saludaban amablemente. También Mario, tras quedar subcampeón. Unas semanas más tarde, cuando se disputó el Campeonato Absoluto de España en el mismo campo, nuestro “campeón educado” regresó y al verle seguía con la misma sensación: Un chico educado y que juega bien al golf.
Ojalá le vaya bien y siga con sus triunfos. Ojalá aprendan muchos otros de él y sigan sus pasos. Como Nadal y Federer, como Olazábal y Ballesteros. Como muchos otros a los que no acompañan los éxitos pero nunca les falta la buena educación. Deportistas con valores, como siempre ha sido en el golf. Enhorabuena a los responsables de que esto sea así.