El talento de Mr. Bradley
Atlanta Athletic Club, jornada final del PGA Championship. Si uno miraba la clasificación el domingo no podía hacer menos que asombrarse. Un elenco de jugadores desconocidos para la mayoría luchaban por la victoria. No estaba Rory McIlroy, ni Westwood, Kaymer o Mickelson, ni siquiera estaba Tiger. Pero mucho más sorprendente que la ausencia de favoritos fue que estos jugadores, apodados como“la clase media” y cada uno con su propia historia en la mochila, nos ofrecieron un espectáculo fuera de lo habitual, incluso tratándose de un gran torneo, y la mayor parte de la culpa la tuvo Keegan Bradley.
Eran aproximadamente dos metros los que tenía que hacer volar su bola en el par 3 del hoyo 15. Su golpe a bandera había terminado cerca de green pero hundida en la resistente bermunda. La idea era sencilla: pasar el wedge por debajo de la bola y ver como rodaba suave y velozmente hasta el hoyo. Este tipo de hierba es traicionera en estas situaciones y el resultado final nada tuvo que ver con lo que Keegan había imaginado. Nada que ver.
Era el primer grande que jugaba y se encontraba con opciones de victoria, en este hoyo concretamente en segunda posición y dos golpes por detrás de Jason Dufner, “el caminante”, que al más puro estilo John Wayne parecía repeler la presión con cada paso que daba. El resultado de aquel golpe fue una bola al agua, un golpe de penalidad, un approach desde la zona de dropaje y dos putts, es decir, un triple bogey. El talento surge en situaciones de dificultad, comunes para la mayoría de personas y que se antojan imposibles de superar. La situación de Bradley en el tee del hoyo 16 erancinco golpes de desventaja y tres hoyos por jugar. Fue aquí donde empezó a ganar el torneo.
“Hasta que no cruzas la meta estas a medio camino”. Lo sencillo en aquel momento fue descartar a Bradley para la victoria y suponerle lo mejor para el futuro. Lo que habíamos visto de él nos había gustado y sabíamos que volvería a ganar en el PGA Tour si seguía trabajando, si nos seguía mostrando al Keegan de esa semana. Era una situación que ya habíamos visto otras veces, los rookies en su primer grande no hacen remontadas de cinco golpes en tres hoyos. Qué equivocados estábamos. No sólo evitó los múltiples peligros que rodeaban los hoyos 16 y 17 sino que se las apañó de tal forma que consiguió hacer birdie a ambos, y qué birdies. Un jugador puede embocar un putt de seis metros y levantar el puño, como venía haciendo Jason Dufner toda la semana, pero hacer al público partícipe de tu causa es algo que no está al alcance de todos. La gente en Atlanta se encendió y cuando Bradley jugaba el hoyo 18 todos queríamos que ganara.