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Hugo merecía estar

El vueltamundista Cali Sanmartí, en el centro, entre Conrad Colman (i) y Hugo Ramón (d)

El vueltamundista Cali Sanmartí, en el centro, entre Conrad Colman (i) y Hugo Ramón (d)

Aunque pocos lo saben, el pasado domingo partió una vuelta al mundo a dos con salida y llegada a Palma de Mallorca: la Global Ocean Race. Esta es la segunda edición que se disputa esta regata con escalas y que el empresario mallorquín Tolo Frau adquirió los derechos. Lo cierto es que la regata tiene su sentido y aunque hay seis barcos –el mismo número que la Volvo Ocean Race-, la filosofía y los medios evidentemente no son los mismos, pero el nivel de algunos participantes sí.

La Global Ocean Race es una regata que creo que tiene futuro, siempre y cuando se hagan las cosas medianamente bien. En este caso la promoción ha sido más bien nula, lo cual es una pena ya que el potencial de algunos regatistas como Ross y Campbell Field, padre e hijo, el primero ha participado en cinco ediciones de la Withbread y ganó dos, navegó con Sir Peter Blake y Dennis Conner y el segundo formó parte del Movistar en la Volvo Ocean Race o Nico Budel, un septuagenario de la quinta de Sir Robin Knox-Johnson, que está dispuesto a demostrar que la vela oceánica no tiene límites de edad.

Pero si esta regata se vino a Mallorca fue por el empeño de Hugo Ramón, y después de conseguir traérsela, el joven regatista mallorquín casi se queda fuera por falta de dinero. Apenas quince días antes de la salida no tenía patrocinador y la providencia hizo que un empresario neozelandés –su compañeroConrad Colman lo es-, vio en una revista el caso de Hugo y decidió apostar por ellos patrocinarles con su empresa Cessna Citation. Hugo se merecía estar en esta vuelta al mundo, un sueño para él; aunque es también sabedor que acabarla no será fácil, pero si algo tiene es ilusión.

La regata está en marcha, Ciudad del Cabo espera a la flota en esta primera etapa. Mallorca les esperará de nuevo en junio tras cruzar todos los océanos y visitar Wellington, Punta del Este y Charleston.

En la salida estuvieron para despedir a estos valientes Dee Caffari, Boris Hermann, Alex Thomson y Cali Sanmartí, tres vueltamundistas que saben lo que es partir para circunnavegar el planeta. Casi nada.

La lástima de toda esta historia es que no se ha enterado casi nadie, y los participantes se merecen un poco más, es una aventura demasiado arriesgada para que pase desapercibida. Esperemos que, ya sea la organización inglesa o la mallorquina, tomen nota de ello. Aún están a tiempo. Más vale tarde que nunca.